Desde la Federación Aragonesa de Karate, queremos compartir las experiencias de nuestros competidores internacionales y de aquellos que están o han estado en la élite del Karate mundial.
Comenzamos esta nueva sección con nuestro competidor Marcos Martínez Velilla, miembro de la Selección Nacional de Kumite y referente aragonés en nuestro deporte.
¿Por qué empezaste a hacer Karate?
Empecé a hacer Karate con 5 años porque mis padres ya se dieron cuenta de que en el fútbol no tenía ningún futuro. Acompañaba a mi hermana a Utebo, que hacía patinaje y me impresionaba ver a los karatekas que ahí entrenaban; así empezó todo. Al año siguiente, se hizo cargo de los entrenamientos un nuevo profesor, Antonio Martínez Amillo. Desde entonces, mi entrenador.
¿Cuál fue tu primer triunfo y del que más orgulloso estás?
Un campeonato que considero un triunfo es mi primer oro en el campeonato de España de 2011. Fue un momento muy especial, ya que era la primera vez que participaba en un torneo a nivel nacional. Yo iba a la clase de competición en mi gimnasio, en la que todos, salvo yo, asistían a los Campeonatos de España año tras año. Por lo tanto, para mí, el simple hecho de ir fue un premio, añadido el hecho de que fue la primera vez que uno de la clase de competición ganaba un oro en la categoría de Kumite individual. Por ello, este campeonato fue muy especial para mí.
En cuanto al triunfo del que me siento más orgulloso, puede ser mi primer puesto en el Campeonato de Europa celebrado en Zúrich en 2015. El momento en el que suena el himno de tu país en un internacional lo repetiría un millón de veces; no hay sensación más gratificante.
¿Qué le dirías a las nuevas generaciones para animarlos a la competición?
Tras 20 años practicando Karate, 15 compitiendo y 11 en el equipo nacional, mi único consejo para las nuevas generaciones es que el objetivo que debe prevalecer por encima de todo es el de disfrutar del camino. No hay ningún objetivo que esté por encima de tu felicidad y dignidad. Durante las competiciones, podemos centrar nuestro día a día en ello pero, al final del camino, te das cuenta de que el resultado de la misma no es lo más importante. Echo la vista atrás y lo mejor que me llevo de mi carrera deportiva son buenos amigos por todo el mundo, viajes que nunca había imaginado hacer y experiencias inolvidables. Siempre digo a mis cercanos que, para mí, las medallas son lo de menos. Ese sería mi mayor consejo para cualquier persona que esté practicando este deporte, disfrutar del camino y no obsesionarse con el resultado.
¿Qué valoración haces de tu carrera deportiva a nivel personal?
El Karate me ha aportado muchos valores que puedo aplicar en cualquier ámbito de mi vida. Valores como el respeto, el trabajo en equipo y la templanza en momentos de tensión son algunos de los principales que aplico en la universidad, el trabajo y en mi día a día. Creo que he sido muy afortunado de contar con unos entrenadores como Yaiza y Antonio, que recogen todo lo que engloba a un karateka y los valores de este arte marcial. Es un privilegio aprender de ellos día a día.
Desde mi posición, intento transmitir tanto en mi gimnasio como en los compromisos con la Federación Aragonesa esos valores que me han hecho ser el deportista que soy a día de hoy.